Un joven diputado del Chaco, un artista plástico de primera línea y una funcionaria que viniendo de uno de nuestros barrios asume una responsabilidad nacional en una política pública. Los tres señalan los ejes de concepción, de conversión y camino y de representación de una mística que pueda sostener la vida personal y política. Una interioridad, unos caminos, unas categorías, unos espacios e imágenes.
La gracia profunda del compañero Daniel Santoro, la fuerza de los hechos y las concreciones de Fernanda Miño y la potencia de las generaciones que vienen representada en Rodrigo Ocampo: los contenidos están acompañados y sostenidos por la consistencia de los que los proponen.