La reciente partida de Alcira Argumedo es una oportunidad a visitar la larga tradición de un pensamiento nacional que se inserta en los modos de comprensión de los pueblos. Está también la oportunidad que la figura de Francisco puede constituir para interrogar el pensamiento no solo desde “otro pensar” u otras formas de argumentar y otras fuentes intelectuales, sino también desde el desafío de incorporar una dimensión de trascendencia que no se relaciona ni con la utopía ni con algún eje sublime o ancestral arcaico, sino con una apertura que la dimensión religiosa expresa, media y -hay que decirlo sin problemas porque la naturalez de su lugar paradójico- “tapona” a la vez.

En estos días que pasaron se conmemoró la “semana de los pueblos originarios”, la cual tiene desde 1948 el objetivo de visibilizar las demandas y realidades de las comunidades indígenas de todo el país. Angel “Coché” Macín, obispo de Reconquista, es el presidente de la Comisión Episcopal para la pastoral aborigen y uno de los pocos argentinos que participó del Sínodo Panamazónico en 2019. Hombre de tierra adentro, riguroso en sus planteos teológicos y tonada campechana, dialogó con #FF sobre la recepción del mensaje de Francisco en Argentina, de cómo transformarlo en articulaciones efectivas y así construir alianzas para efectivizar los sueños de las comunidades originarias y las de todo el pueblo.

Función Francisco: Un papa tiene tres funciones básicas. Cuidar, confirmar y conducir. Cuidar la unidad, confirmar en la fe y orientar a los que caminan entre peligros y en busca de más vida (de ahí el “pastoreo”). Una cuarta sintetiza todo: tender puentes, ser pontífice.

Factor Francisco: nosotros elegimos tener una función, comprender, proyectar y recrear lo que Francisco significa y puede significar.

8 años después de la elección de Francisco, nuestro objetivo sigue siendo el mismo: entender a Francisco no solo como actor, sino sobre todo como FACTOR.

Cuatro días antes de que saliera a la luz la encíclica Fratelli Tutti volvimos a conversar con nuestra amiga y compañera, la hermana María Luisa Berzosa fi. Religiosa de las hijas de Jesús, está ahora en Roma después de pasar por Madrid y haber vivido varios años en Argentina. Francisco la ha nombrado consultora de la Secretaría General del Sínodo de Obispos. Esta vez hablamos de lo que pasa “dentro” de la Iglesia, en la clave que ella la ve: de paso a paso, madurez y apertura. Puede decirse que en la “sinodalidad” se juega el destino y el sentido de la institución: no significa sólo participación, sino “caminar juntos”. Hablamos de eso, del lugar de las mujeres y de las formas de liderazgo.